2012/03/14

Jaiki Hadi alerta de que la política carcelaria contribuye al empeoramiento del estado de salud de los presos

La asociación de profesionales de la salud Jaiki Hadi ha denunciado que a día de hoy hay 15 presos políticos vascos que sufren enfermedades graves e incurables que deberían estar en libertad. Han llamado a dar pasos para cambiar la política carcelaria, que contribuye a que se den casos de este tipo.

En una rueda de prensa celebrada en Bilbo, la asociación de profesionales de la salud dedicada a la asistencia de presos Jaiki Hadi ha ofrecido un nuevo balance sobre el estado de salud de los presos políticos vascos que sufren enfermedades graves.
En euskara y castellano, Oihana Barrios e Iñaki Uruburu han recordado que el pasado verano ofrecieron una relación de casos de varios presos en los que era "necesaria su puesta en libertad" debido a la gravedad de sus enfermedades.
"Pasados nueve meses, hemos observado que no todos los aludidos están en sus casas, que ha empeorado la situación de los que precisaban un seguimiento y tratamiento riguroso y que tenemos nuevos casos de enfermedades graves", han destacado, antes de añadir que "la estancia en la cárcel ha empeorado ostensiblemente su salud".
Entre los casos de los quince presos gravemente enfermos, los cuales han sido detallados, han citado a Txus Martin, Iñaki Erro o Gotzone López de Luzuriaga.
Han precisado que la cifra de presos enfermos puede aumentar o reducirse con el tiempo, según se den nuevos casos o se materialice la puesta en libertad de los afectados. No obstante, han alertado de que factores como la edad –hay 22 presos políticos vascos con más de 60 años, 9 de los cuales están gravemente enfermos– y el tiempo de encarcelamiento –93 con más de 20 años de cárcel, de los que 27 padecen algún tipo de enfermedad– influyen "de forma decisiva" en la salud de los presos políticos.
Por ello, además de exigir la liberación de los presos aquejados de graves enfermedades, han instado a hacer desaparecer las políticas carcelarias que afectan a la salud física y síquica de los presos, así como las prohibiciones para asistir directamente a estos pacientes con profesionales de confianza.info+: gara.net

Quince expedientes médicos graves que esperan respuesta carcelaria cuanto antes

Txus MARTíN (Basauri, 1962). Cárcel de Zaballa (Araba)
Padece un trastorno esquizoafectivo con componente delirante y protagonizó una autolesión grave en 2010. Su caso puede ser considerado como el más urgente en la actualidad. Ha tenido episodios de paranoias graves, refiere escuchar voces frecuentemente y sus conversaciones son incoherentes en muchas ocasiones. Tiene autorizada la visita de su sicóloga de confianza. Su situación general ha empeorado por la negativa de la cárcel a cambiar la dosis de la medicación, propuestas por su sicóloga y médico de confianza. La cárcel, y en concreto el aislamiento, han influido en la aparición y desarrollo de la enfermedad. Martín ha estado completamente aislado durante ocho años en diferentes prisiones. Ha padecido además traslados en condiciones infrahumanas, denegación y retraso de comunicaciones... Los profesionales de Jaiki Hadi lo definen como «un trato inexplicablemente duro» y poco comprensible desde el punto de vista médico, por ejemplo por los ingresos en la enfermería contra su voluntad, cuando el cuadro que presentaba hacía pertinente justo lo contrario. Detenido en 2002, ha pasado ocho años en cárceles del Estado francés y está ahora en situación de preventivo en el español. Se solicitó su libertad provisional en noviembre pasado, pero se le ha negado en febrero. Ha interpuesto un nuevo recurso. Zerrenda osoa ikusteko: gara.net

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